Extractos de la Homilía del Santo Padre Francisco en la Santa Misa del
Domingo de Ramos (3/24/2013)
(1)
"Jesús ha despertado en el corazón tantas esperanzas, sobre
todo entre la gente humilde, simple, pobre, olvidada, esa que no cuenta a los ojos del mundo.
Él ha sabido comprender las miserias humanas, ha mostrado el rostro de misericordia de Dios
y se ha inclinado para curar el cuerpo y el alma. "
(2)
"Y esta es la primera palabra que quisiera deciros: alegría.
No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo.
Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas,
sino de haber encontrado a una persona, Jesús, que está entre nosotros; nace del saber que,
con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aún cuando el camino de la vida tropieza con problemasy obstáculos que parecen insuperables, y ¡hay tantos! "
(3)
"Y, entonces, he aquí la segunda palabra: cruz. Pienso en lo que decía Benedicto XVI a los Cardenales: Vosotros sois príncipes, pero de un rey crucificado. Ese es el trono de Jesús. Jesús toma sobre sí... el mal, la suciedad, el pecado del mundo, también el nuestro, el de todos nosotros,...
Y también – cada uno lo sabe y lo conoce – nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo y a toda la creación. Y Jesús en la cruz siente todo el peso del mal, y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección. La cruz de Cristo, abrazada con amor, nunca conduce a la tristeza, sino a la alegría, a la alegría de ser salvados y de hacer un poquito éso que ha hecho Él aquel día de su muerte."
(4)
"Queridos jóvenes...Con Cristo el corazón nunca envejece. Pero todos sabemos, y vosotros lo sabéis bien, que el Rey a quien seguimos y nos acompaña es un Rey muy especial: es un Rey que ama hasta la cruz y que nos enseña a servir, a amar. Y vosotros no os avergonzáis de su cruz. Más aún, la abrazáis porque habéis comprendido que la verdadera alegría está en el don de sí mismo, en el don de sí, en salir de uno mismo, y en que él ha triunfado sobre el mal con el amor de Dios.
...en la cruz, Jesús ha derribado el muro de la enemistad,
que separa a los hombres y a los pueblos,
y ha traído la reconciliación y la paz."
Papa Francisco
Domingo de Ramos (3/24/2013)
(1)
"Jesús ha despertado en el corazón tantas esperanzas, sobre
todo entre la gente humilde, simple, pobre, olvidada, esa que no cuenta a los ojos del mundo.
Él ha sabido comprender las miserias humanas, ha mostrado el rostro de misericordia de Dios
y se ha inclinado para curar el cuerpo y el alma. "
(2)
"Y esta es la primera palabra que quisiera deciros: alegría.
No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo.
Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas,
sino de haber encontrado a una persona, Jesús, que está entre nosotros; nace del saber que,
con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aún cuando el camino de la vida tropieza con problemasy obstáculos que parecen insuperables, y ¡hay tantos! "
(3)
"Y, entonces, he aquí la segunda palabra: cruz. Pienso en lo que decía Benedicto XVI a los Cardenales: Vosotros sois príncipes, pero de un rey crucificado. Ese es el trono de Jesús. Jesús toma sobre sí... el mal, la suciedad, el pecado del mundo, también el nuestro, el de todos nosotros,...
Y también – cada uno lo sabe y lo conoce – nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo y a toda la creación. Y Jesús en la cruz siente todo el peso del mal, y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección. La cruz de Cristo, abrazada con amor, nunca conduce a la tristeza, sino a la alegría, a la alegría de ser salvados y de hacer un poquito éso que ha hecho Él aquel día de su muerte."
(4)
"Queridos jóvenes...Con Cristo el corazón nunca envejece. Pero todos sabemos, y vosotros lo sabéis bien, que el Rey a quien seguimos y nos acompaña es un Rey muy especial: es un Rey que ama hasta la cruz y que nos enseña a servir, a amar. Y vosotros no os avergonzáis de su cruz. Más aún, la abrazáis porque habéis comprendido que la verdadera alegría está en el don de sí mismo, en el don de sí, en salir de uno mismo, y en que él ha triunfado sobre el mal con el amor de Dios.
...en la cruz, Jesús ha derribado el muro de la enemistad,
que separa a los hombres y a los pueblos,
y ha traído la reconciliación y la paz."
Papa Francisco